-Un rito absurdo sin puertas-(2001)
Dos sujetos se encuentran dentro de una habitación sin puertas. No se sabe cómo llegaron. Mientras pasa el tiempo y la posibilidad de salir de allí, estos sujetos comparten palabras, su pensamientos, a punto tal de perder registro de ellos mismos, de lo que es real y lo que no.
VISIONES:
Esta pieza propone ser como un juego en donde se pone en pugna dos
fuerzas y en donde una intentará neutralizar a la otra a través de codificadas
estrategias de guerra totalmente sutilizadas. Un tablero desplegado con todos
sus componentes dispuestos: dos fuerzas, que en cada jugada intentarán
imponerse ante su oponente y donde no cabe el azar y la casualidad. Y que son,
a la vez, el campo de batalla y los soldados. Cada una de ellas, como cada
objeto, es parte de la misma unidad; son sus opuestos y al mismo tiempo el
espejo donde se miran, donde cada suceso es la ficha jugada y en tal caso
sacrificada.
La sandía es una
fruta deliciosa, de una dimensión imponente en comparación con el resto de
ellas. A pesar de su generoso tamaño, no deja de ser sencilla en su
composición: un conjunto ramificado de finísimos fribro-nervios y agua; que al
simple contacto con el sol se disolvería sin dejar rastro alguno.
De ahí su cáscara consistente, gruesa, significativamente resistente, para proteger su parte más endeble, su esencia. Esta cáscara es la que oculta el verdadero sabor de la fruta.
De ahí su cáscara consistente, gruesa, significativamente resistente, para proteger su parte más endeble, su esencia. Esta cáscara es la que oculta el verdadero sabor de la fruta.
Como la fruta, son
las cáscaras las que permanecen impermeables, refugiando tras ellas el elemento
débil y esencial; la mayoría de las veces con despiadada dureza, lo caótico y
lo cruel con delicadeza y quietud.
Es ésta
cáscara-gesto, gesto-máscara, mácara-cáscara la hermanita protectora, la coraza
intransigente y perniciosa que nos mantiene a raya, sucediéndonos, de manera
vertiginosa en sí mismo sin sentido alguno. Una puja entre el bien y el mal.
Es
la manera primigenia del hombre (ya sea actual o del ayer), el gesto ante los demás, elaborado y
ejecutado a priori para definirse, para contar de sí mismo u ocultar su
sustancia y puesta a prueba en
su máxima expresión: oscilante, sospechosa y promiscua, que en cada movimiento,
cada jugada, busca su trascendencia y resguardar su perennidad. Envolviéndose
en un círculo intrínseco donde viste con simpatía lo despiadado, con lo
brillante lo opaco, con la claridad la oscuridad; en un mecanismo de brutal
violencia.
...Y
SANDIA es la metáfora del hombre desde su estadío más primitivo (desde su
adentro a la cáscara), sus actos y la circunstancias que propicia (sin hacer
énfasis en una moralina existencialista que sería un estudio intrincado como
sabemos). Es un devenir morboso donde ciertas cosas en combinación y en demasía
caen muy mal: como realidad y absurdo, como inocente entretenimiento y
violencia, como bendición y condena, como vino... y sandía.
FICHA TÉCNICA
Dramaturgia: Hernán Ledesma. Textos: Martín Tactagi
Elenco: (Versión de 2001): Marcelino Sosa - Hernán
Ledesma.
(Versión de 2003): Juan Pablo Cabral - Hernán Ledesma.
Vestuario: Paola Fernández.
Pre y Post-producción/ Técnica Luces y Sonido:
Mauricio caturelli, Mauricio Fares, Carina Favrat.
Composición y arreglos musicales: Esteban Sesso.
Escenografía: Hernán Ledesma.
Dirección general: Hernán Ledesma
(Versión de 2003): Juan Pablo Cabral - Hernán Ledesma.
Vestuario: Paola Fernández.
Pre y Post-producción/ Técnica Luces y Sonido:
Mauricio caturelli, Mauricio Fares, Carina Favrat.
Composición y arreglos musicales: Esteban Sesso.
Escenografía: Hernán Ledesma.
Dirección general: Hernán Ledesma